¿Te has parado a pensar como puede influir el nivel de estrés de tu perro en la convivencia con el bebé y los niños?
Quizá es la primera vez que escuchas hablar del estrés en los perros y puede que hasta ahora pensaras que el estrés es algo propio de los humanos, pero nada más lejos de la realidad.
El estrés es una respuesta del organismo que nos prepara para afrontar una exigencia del entorno. Digamos que el estrés es necesario para la supervivencia y por tanto es propio de los animales en general y no de los humanos en particular.
Las hormonas juegan un papel fundamental ya que durante una situación de estrés se producen hormonas como la adrenalina (entre otras) que nos ponen en alerta y nos prepara para afrontar determinadas situaciones. Incluso algunas funciones el organismo como la digestión son inhibidas en ese momento. De esta manera dirige toda la energía hacia las funciones necesarias para enfrentarse a una determinada situación.

¿Cómo afecta el estrés a los perros?
Cuando los perros tienen un alto nivel de estrés es posible que se resienta la convivencia, especialmente con los peques, pero también su bienestar emocional.
A menudo el estrés puede ser el desencadenante o la consecuencia de otros problemas de comportamiento. Saber detectar e intervenir a tiempo será clave si queremos evitar que se pueda terminar convirtiendo en estrés crónico o ansiedad.
A menudo un perro estresado tiene dificultades para concentrarse o gestionar diferentes situaciones. Le cuesta estar quieto y relajado, se muestra ladrador ante nuevas situaciones, objetos o sonidos, tiene dificultades para relajarse mientras come con lo que va y viene continuamente o come con mucha ansiedad….
¿Pero cómo saber si mi perro está estresado?
Hay muchos signos y señales que nos pueden poner en sobre aviso: ladridos excesivos, falta de descanso, estereotipas, lamido o acicalado excesivo, hiperactividad, baja tolerancia a la frustración, jadeo excesivo, conductas compulsivas….
Un perro con un nivel de estrés alto se suele frustrar con facilidad y le cuesta concentrarse. A menudo se activa con facilidad y responde de forma desproporcionada ante determinados estímulos. Un perro estresado suele tener dificultades a la hora de gestionar pequeñas situaciones de la vida cotidiana. Si además, le añadimos convivir con un peque y todos los estímulos que lo rodean, el nivel de estrés se va a disparar sin duda y va a dificultar en parte la convivencia.
¿Qué provoca estrés al perro?
Con la llegada del bebé, los cambios y las nuevas rutinas es posible que nuestro perro esté más nervioso y estresado. Además, durante la convivencia con niños se pueden dar muchas situaciones que lo pongan nervioso y le cueste gestionar.
Es importante tener en cuenta que situaciones pueden afectar al perro. Porque si no lo tenemos en cuenta para poder poner las medidas oportunas y ayudar a nuestro perro es probable que en poco tiempo acabe convirtiéndose en estrés crónico o ansiedad y acabe repercutiendo sobre el bienestar familiar.
Algunas de las situaciones más comunes en la convivencia con peques que estresan al perro son:
- El llanto del bebé o los juguetes
- Las visitas
- El movimiento o presencia del bebé o de los niños.
- Movimiento de los juguetes.
- Presencia o movimiento de objetos o accesorios del bebé (carrito de paseo, hamaca… etc.)
¿Cómo afecta el estrés del perro a la convivencia con el bebé y los niños?
Es fácil que el perro se vuelva más ladrador ante el movimiento, presencia o sonido del bebé, los niños o los juguetes. Esto sin duda puede poner en peligro la armonía en el hogar tanto en casa como con los vecinos.
Además, un perro con un nivel de estrés alto tiene poca capacidad de autocontrol algo fundamental en la convivencia con peques. El autocontrol juega un papel muy importante ante muchas situaciones: cuando el peque lleva comida en la mano, a la hora de comer, durante el juego, ante el juego de los peques con sus propios juguetes, durante el paseo…
La falta de autocontrol y en definitiva el estrés del perro va a provocar una mala interacción por y con el bebé o el niño que podría llegar por un lado a poner en riesgo la integridad del peque y por otro lado el niño podría llegar a coger miedo hacia el perro o los perros en general. Imagina que el perro tira en una carrera al peque al suelo y se golpea o le saluda abalanzándose sobre él con el riesgo que conlleva. Pues por un lado le puede hacer daño, pero es que además el niño puede llegar a coger miedo a los perros
Un perro con un nivel de estrés alto puede desarrollar miedos y crear asociaciones negativas con los niños que deterioren su relación y vínculo.
¿Cómo intervenir y ayuda a mi perro a gestionar y liberar el estrés?
Precisamente eso es lo que vas a encontrar en el Taller online “El estrés del perro con la llegada del bebé y en la convivencia con los niños”. Abordamos el tema de forma íntegra para que entiendas qué es el estrés y el papel que juega. Aprenderás a identificar los signos de estrés y señales de estrés crónico o ansiedad. Hablaremos de los problemas de comportamiento y como interfieren en el estrés y en la convivencia. Plantearemos las principales situaciones que generan estrés al perro dentro de la convivencia con los peques y veremos como gestionar esas situaciones. Además, veremos algunos ejemplos prácticos para que aprendas a aplicar las técnicas propuestas.
Así que, si quieres recuperar la armonía en el hogar y devolverle a tu perro la paz mental, o bien te estás preparando para la llegada de un bebé y quieres poder anticipar estas situaciones para minimizar el estrés e impacto de tu perro EL MOMENTO DE EMPEZAR ES AHORA. Sólo hasta el día 5 de marzo accede con un 20% de descuento y cómpralo por 12€. Si quieres más información o bien hacer tu reserva te dejo toda la Info en este link.